Hoy es una de esas mañanas en las que me levanto con mucho para decir y me cuesta poner en orden los pensamientos. Anoche tuve el privilegio de ver el primer show de los dos que tiene planeados dar en Buenos Aires Chris Cornell, y sinceramente fue un experiencia impresionante.
Ni bien apareció en el escenario el olé, olé, olé, olé! Cornell!! Cornel!! no se hizo esperar. El Teatro Gran Rex entero de pie, coreando su nombre, lo recibió con la calidez que caracteriza al público latinoamericano. Chris no se quedó atrás y comenzó a arengar a sus fanáticos como el excelente frontman que es.
Después de pedir disculpas por su voz, alegando una enfermedad que lo había puesto en duda para los shows en Argentina, aclaró que no se lo hubiese perdido por nada del mundo y comenzó su recital con un cover de Nick Lowe, seguido por tres temas de sus discos solistas. ¿Su voz? Impecable.
Le siguieron el clásico Be Yourself de Audioslave, Wide Awake y Fell On Black Days del discazo Superunknown (1994) de Soundgarden. Luego invitó al escenario a Alain Johannes, un tipo que quizás pocos conocen, pero que tocó con Hillel Slovak (RHCP), Flea (RHCP) y Jack Irons (RHCP, Pearl Jam) en su primera banda, por los '80 y luego con Irons en su banda Eleven para finalmente dedicarse a la producción mayormente. Con Alain tocó, entre otros temas, Wooden Jesus y Hunger Strike de Temple of the Dog.
En el medio alguien del público le gritó Jesus Christ, seguramente haciendo referencia al tema Jesus Christ Pose. Cornell dijo que no tenía ninguna canción con ese nombre, pero que podía inventar una Acto seguido improvisó letra y música y sacó un tema de la galera, con una letra bastante cómica.
Luego de Thank You de Zeppelin y Black Hole Sun de Soundgarden, llegó Call Me A Dog. No faltaron Like A Stone ni I Am The Highway, de Audioslave. También hubo tiempo para A Day In the Life de los Beatles, Imagine de Lennon, una espectacular versión de Billie Jean del rey del pop Michael Jackson, Long As I Can See The Light de Creedence y Redemption Song de Marley en el segundo encore.
El show cerró con Blow Up the Outside World del disco Down on the Upside (1996) de Soundgarden y el Teatro explotó una vez más, como a lo largo de todo el recital.
Algo que me llamó la atención es que generalmente los cantantes que no hablan castellano suelen pedir perdón por no conocer el idioma, intentan un par de palabras, la gente los aplaude y luego hablan en su idioma bien despacio para que todos le entiendan. Este no fue el caso. El tipo parecía que estaba tocando frente a un público norteamericano o en el living de su casa, contando cómo habían surgido algunas canciones, hablando de sus épocas de Temple of the Dog, Soundgarden y Audioslave con mucha naturalidad. Genial.
Elegir la canción para hoy me costó mucho. Se me vinieron muchas a la cabeza del show de anoche. Elijo Wooden Jesus en honor a la persona que hizo que me gustara Temple of the Dog y en consecuencia, Chris Cornell.
Versión en vivo en el Gran Rex de un privilegiado que estuvo a uno o dos metros de distancia de él.
Versión original de Temple of the Dog
Esta noche hace su segunda presentación en el Gran Rex, para luego viajar a Chile y terminar en Brasil.
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